Axel Kicillof y Rogelio Frigerio se cruzaron por las políticas de Milei.

El Centro Provincial de Convenciones de Paraná recibió desde las 8:30 de este martes a seis gobernadores y a delegaciones de todas las provincias. El evento está dentro de las actividades a fin de confeccionar una hoja de ruta “para un futuro federal”.

Además del anfitrión, Rogelio Frigerio, se darán cita el bonaerense Axel Kicillof; el santafesino Maximiliano Pullaro; el chubutense Ignacio Torres; el pampeano Sergio Ziliotto y el catamarqueño Raúl Jalil.

El objetivo de la cumbre fue avanzar en consensos y delinear estrategias para un modelo de desarrollo productivo con base territorial.

El gobernador fde la provincia de Buenos AIres Axel Kicillof y su par de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, se cruzaron por las políticas de apertura comercial impulsadas por el Gobierno Nacional. Durante su discurso, Kicillof cuestionó las medidas libertarias, acusándolas de no proteger la industria, el trabajo y la producción nacional, lo que a su criterio va a contramano de lo que hace el mundo. Por su parte, Frigerio remarcó que el país sigue siendo “uno de los más cerrados”.

El primero en tomar la palabra, fue Kicillof, quien abrió con una aclaración: “Me comprometí a no ser demasiado polémico”. Sin embargo, rápidamente marcó posición al afirmar que la Argentina necesita debatir la orientación de su desarrollo y su matriz productiva “en este contexto mundial incierto, inesperado y novedoso”.

Criticó las medidas de apertura del comercio exterior que impulsa la gestión nacional, por considerar que no protegen la industria, el trabajo ni la producción local. “Esto se resuelve de manera federal. Cualquier otra búsqueda será un fracaso y no una solución”, advirtió.

A su turno, Frigerio no dejó pasar las críticas y respondió con firmeza. En ese sentido, remarcó que, pese a los discursos, Argentina sigue siendo uno de los países más cerrados del mundo, en relación al bajo nivel de comercio exterior. Para sostener esa afirmación, explicó que ese índice se mide sumando exportaciones e importaciones e interpretando su peso en el PBI. “Tenemos que ser muy humildes, sobre todo aquellos que, como yo, hemos tenido altas responsabilidades en distintas oportunidades. El nivel de complejidad de los problemas de la Argentina debe evitar creernos que tenemos la precisa, que podemos señalar con el dedo lo que está bien y mal. Lo hemos comprobado cuando nos ha tocado el deber de gobernar, es muy difícil”, planteó.