
La oposición no logró juntar los dos tercios para insistir con el proyecto aprobado en junio. La Policía cargó contra los manifestantes al final de la protesta.
La oposición fracasó este miércoles en su intento de revertir el veto presidencial de Javier Milei a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria en la Cámara de Diputados. La votación terminó más holgada a favor de la Casa Rosada de lo que se anticipaba hace apenas dos semanas gracias al cambio de posición de una parte importante del bloque UCR -que había convocado a la sesión- y de Innovación Federal. El resultado final fue 153 a favor, 87 en contra y 8 abstenciones.
La imagen causó un cimbronazo dentro del bloque que conduce Rodrigo de Loredo. Hubo reproches en privado, escraches públicos y hasta amenazas de medidas disciplinarias contra los “radicales L”. “Roma no paga traidores y el pueblo tampoco los vota”, arremetió la diputada Danya Tavela, que responde a la línea interna Martín Lousteau-Emiliano Yacobitti, en referencia a sus compañeros díscolos.
Debido a que el proyecto llegó al recinto sin dictamen de comisión, se necesitaba habilitar su tratamiento sobre tablas con dos tercios de los presentes, la misma mayoría agravada que se necesitaba para su aprobación. La habilitación se aprobó a mano alzada incluso con el aval del oficialismo, que al tener los votos para blindar el veto, prefería avanzar con la votación para evitar que el tema vuelva a comisión y se prolongue la discusión.
Antes de que comenzara el debate formalmente la Cámara aceptó la renuncia del radical entrerriano Pedro Galimberti para desempeñarse en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Fue reemplazado por Nancy Ballejos, del Pro, que sumó otro voto en contra de la insistencia.
La ley sancionada hace apenas tres semanas en el Senado establecía una actualización por IPC de las jubilaciones más un plus de 8,1% retroactivo a enero. También incluía el pago de las deudas de las cajas previsionales provinciales -13 distritos no transfirieron a Nación-, el desembolso de todos los juicios previsionales con sentencia firme y un aumento anual adicional en marzo según la diferencia entre el índice Ripte y el IPC.
Desde el principio el propio Milei había adelantado que la vetaría la ley porque implicaba un costo fiscal de 1,2 puntos del PBI que arruinaría el superávit fiscal, base de su programa económico.
Cuando comenzaron los discursos, se develó otra de las incógnitas clave. El bloque Innovación Federal, que tiene ocho integrantes y nuclea a representantes de Río Negro, Salta y Misiones, había evitado adelantar su posición a pesar de que en junio había votado unánimemente a favor de la nueva fórmula y presionó para incluir los pagos a las cajas previsionales provinciales.
Si bien hasta el martes no descartaban votar divididos, terminaron optando por la abstención. “Esa fórmula evitaba lo que ahora será inevitable: una catarata de juicios contra el Estado por no respetar el empalme de una fórmula y la otra. Son juicios que el Estado va a perder, es un mayor gasto futuro”, explicó el rionegrino Agustín Domingo. Y agregó: “No vamos a votar en contra de esa decisión política que tomó el presidente, pero tampoco vamos a convalidar. La posición de nuestro bloque va a ser la abstención”. La decisión de estar presentes -cuando también se podrían haber ausentado- favorece al oficialismo porque sube el umbral para llegar a los dos tercios de los presentes.
A su turno, el radical Rodrigo de Loredo reconoció públicamente las tensiones internas que llevaron a su bloque a terminar con votos a favor, votos en contra, ausencias y abstenciones. En ese sentido, señaló que el Gobierno tenía la posibilidad de vetar parcialmente los artículos que representaran mayor gasto fiscal pero respetar la recomposición del 8,1% “tal como sus propios senadores dictaminaron en el Senado”.
“Cuando advertimos que el Gobierno está cerca de desbaratar los dos tercios le decimos a los que quieren ayudar a los jubilados: ‘Insistamos parcialmente’. Y la respuesta fue: ‘No, todo o nada, y que se sepa de qué lado está cada uno’. Ni unos están discutiendo el superávit fiscal ni los otros están tratando de ayudar a los jubilados”, planteó de Loredo, en referencia a la negativa del peronismo de apoyar tanto la insistencia parcial como la devolución del proyecto a comisión.
Finalmente, De Loredo aclaró que la postura oficial de su bloque sería insistir de forma total, a pesar de que muchos de sus miembros actuarían con libertad.
El diputado Germán Martínez, de Unión por la Patria (UP), apuntó contra los radicales y provinciales, a los que acusó de “hipócritas”. “Estamos cansados de los que dicen que están a favor de los jubilados y terminan dándose vuelta como unos panqueques. ¿Qué hubo? Renuncias a último momento, fondos que aparecen, cargos en el gobierno nacional. Una votación se puede ganar o perder, lo que no se puede perder es la coherencia”, concluyó.
“Ustedes se quejan de las jubilaciones miseria, pero jubilaron a cuatro millones de personas sin aportes. ¿Qué creían que iba a pasar? El sistema iba a quebrar. A ustedes no les importan los jubilados, solo los quieren usar para quebrar la columna vertebral del programa económico del gobierno”, contestó José Luis Espert, en un enfervorizado discurso en el que también acusó a los kirchneristas de ser “chorros”.
Catarata de críticas al Gobierno
Arrancaron el debate los diputados de izquierda, que denunciaron que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich frenó la llegada de micros con manifestantes contra el veto.
“Los ensobrados, sean del radicalismo o del bloque que sea, tienen que dar explicaciones frente al pueblo que está indignado. Si hay algo que está claro es que esta ley poco incide en el equilibrio fiscal que tanto dicen defender. No les preocupa el equilibrio fiscal, les preocupa que los mismos de siempre sigan ganando a costa de las mayorias populares”, asestó Vanina Biasi.
Sorprendió con su discurso opositor la diputada Lourdes Arrieta, la diputada libertaria que dio un portazo del bloque de La Libertad Avanza (LLA) tras el escándalo por la visita a un grupo de represores de la última dictadura en el penal de Ezeiza. Arrieta se encolumnó detrás del rechazo al veto.
“Me pregunto qué significan los jubilados para este gobierno y para los gobiernos anteriores. Quiero decirles que los jubilados para nada son unos pasivos fiscales -sostuvo-. Cuando milité por las ideas de Javier Milei el año pasado, creíamos que el ajuste iba a ser para la casta, para quienes se quedan con los negociados del Estado, pero no para los jubilados, que hoy tienen que enfrentar un momento de crisis. Entiendo la política de shock, pero también entiendo a los jubilados porque me muevo por todos lados sin ningún privilegio. Creo que se le debería dar el aumento”.