
En la sesión de Diputados del miércoles el radicalismo votará dividido.
El presidente Javier Milei recibió este martes en la Casa Rosada a cinco diputados radicales que figuraban en el listado de indecisos respecto a la movida opositora para frenar el veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria en la Cámara de Diputados de la Nación y que ahora parecen acercarse al gobierno libertario.
Se trata de Luis Picat, de Córdoba; José Tournier de Corrientes; el neuquino Pablo Cervi; el misionero Martín Arjol y Mariano Campero, de Tucumán, este último el único que había dado a conocer su intención de cambiar el voto. Lo más llamativo es que el radicalismo fue uno de los que impulsó el proyecto en el Congreso para aumentarle a los jubilados cuando el tema fue tratado y aprobado en el Senado a fines de agosto. Esta aprobación provocó el veto de Milei.
También participaron de la reunión la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, en las horas previas a la sesión convocada para el miércoles a las 11.
El bloque radical tiene 33 integrantes comandados por Rodrigo de Loredo, pero el debate sobre la ley jubilatoria abrió ahora una grieta interna que va a obligar a redefinir la estrategia dentro del espacio de oposición dialoguista.
El espacio de Innovación Federal que integran ocho legisladores de las provincias de Salta, Río Negro y Misiones es otro de los que podría tener miembros que cambien su voto respecto a la votación original del 5 de junio, en la que todos acompañaron la maniobra de la oposición.
La previa
Los 34 diputados que componen el bloque liderado por el cordobés Rodrigo de Loredo discuten puertas adentro qué hacer en la sesión especial convocada para el miércoles, a las 11, donde una porción de radicales, junto a Encuentro Federal y la Coalición cívica, intentarán salvar la ley que propone una mejora en los haberes jubilatorios e incluye una nueva fórmula de movilidad.
Se descuenta que se sumarán a esta cruzada los diputados de Unión por la Patria (UP), conducidos por Germán Martínez, así como los cinco legisladores del Frente de Izquierda y el Partido Obrero.
Hay al menos siete referentes de la UCR que podrían no acompañar la intención de sus colegas a pesar de haber votado a favor del proyecto en junio. Uno de los primeros en sincerar su posición fue el tucumano Mariano Campero, quien en la última reunión de bloque adelantó su voto negativo bajo el argumento de que los fundamentos del veto inclinaron su posición a favor del Gobierno.
La cordobesa Soledad Carrizo también deslizó en esa misma cumbre su intención de no insistir con el proyecto jubilatorio tal cual se sancionó. Hizo foco en la necesidad de proteger el equilibrio fiscal. Por eso, la secretaria parlamentaria del bloque radical propuso una salida intermedia: insistir parcialmente en algunos de los artículos de la ley vetada, fundamentalmente con el que establece la recomposición del 8,1% por la inflación de enero no reconocida por el Gobierno. La respalda De Loredo, quien votará a favor de la insistencia de fracasar esta alternativa. El jefe de bloque no puede volver a quedar descalzado de su tropa en un tema tan troncal para el partido.
Se podrían plegar a la intención del Poder Ejecutivo los legisladores que responden a los gobernadores radicales Gustavo Valdés (Corrientes) y Alfredo Cornejo (Mendoza), de buen vínculo con la Casa Rosada. Lo mismo con la diputada santacruceña Roxana Reyes y el cordobés Luis Picat, que se diferenciaron de su bloque en el rechazo al DNU sobre gastos reservados a la SIDE, avalando la postura del oficialismo.
Sobre estos virajes se pronunció Martín Lousteau, el presidente del Comité Nacional del radicalismo, quien tras el veto presidencial cruzó fuertemente a sus colegas de partido que se mostraron dubitativos frente a cómo posicionarse respecto de la insistencia de la norma sancionada por el Congreso. El senador nacional volvió a remarcar que “la ley de movilidad jubilatoria nació de la mano de la UCR” y advirtió: “En Diputados tuvo dos tercios y en el Senado también. Si no pasa eso ahora tienen que dar explicaciones de por qué cambian el voto”.
Las diferencias en torno a la recomposición jubilatoria no son las únicas dentro del radicalismo. El partido centenario también exhibe desacuerdos y contradicciones respecto de qué hacer frente a la polémica nominación de Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema.
A pesar de que muchos de sus referentes, como la senadora santafesina Carolina Losada, ya se expresaron en contra de la candidatura del juez federal, Lousteau todavía no definió su voto. Señaló a este medio que será “una decisión colectiva dentro del partido, con los gobernadores incluidos”.
Una renuncia que le da alivio al Presidente
Una jugada de Rogelio Frigerio y una renuncia clave dentro del bloque de Diputados en la Unión Cívica Radical (UCR) acercan a Javier Milei a su objetivo de conseguir mantener el veto a la ley de reforma jubilatoria.
Y es que el lunes se conoció que el legislador nacional por Entre Ríos, Pedro Galimberti, dejó su banca para aceptar el cargo que le ofreció el gobernador provincial para ser delegado de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM).
Galimberti es cercano a Facundo Manes y coincidió en algunos cuestionamientos al Gobierno en el recinto. Incluso, este fin de semana sostuvo que había sido uno de los firmantes de la carta enviada a Martín Menem para que se convoque la sesión del próximo miércoles.
“Buscamos solucionar el problema de los jubilados de gestiones anteriores que se está profundizando con Milei y que va a traer inconvenientes”, dijo en declaraciones radiales.
Todo cambió en estas últimas horas. Con la salida de Galimberti, el radicalismo pierde un escaño y el bloque liderado por el cordobés Rodrigo de Loredo se queda con 33 diputados en el recinto.
Esta movida también impacta en el Pro, ya que el reemplazante del entrerriano sería una integrante del espacio amarillo. Se trata de Nancy Mariana Ballejos, una abogada de 35 años oriunda de Chajarí, localidad ubicada en el noreste entrerriano.
Con Ballejos adentro, la bancada de Cristian Ritondo sube a 38 legisladores en la Cámara Baja y es casi un hecho que, en línea con la postura que ya adelantó el bloque, le asegurara a Milei un voto más para mantener la decisión de dejar sin efecto a la iniciativa que considera una amenaza al superávit fiscal.